Más de un millón de personas han muerto por COVID-19 en América Latina y el Caribe desde que comenzó la pandemia de coronavirus, según cifras oficiales reportadas el viernes.
América Latina es la parte del mundo con la tasa de mortalidad por covid-19 per cápita más alta. Los ocho países principales que registraron la mayor cantidad de muertes durante la semana pasada fueron todos de Latinoamérica.
Casi el 90% de esas muertes se han registrado en Brasil, México, Colombia, Argentina y Perú.
En promedio, en mayo, el 31% de las muertes por COVID-19 en el mundo se produjeron en América Latina y el Caribe, hogar de sólo el 8,4% de la población mundial.
En Perú, uno de los países más afectados de la región, los pacientes de COVID-19 han muerto en los pasillos de los hospitales de la capital, Lima.
En lo profundo de las selvas amazónicas de Brasil, muchos residentes de la ciudad de Manaus han muerto en sus hogares sin oxígeno.
La mayoría de las muertes, más de 446.000, han ocurrido en Brasil, que se convirtió en un epicentro de coronavirus este año con el segundo brote más letal fuera de Estados Unidos, aunque parece probable que India lo supere pronto.
Brasil registró 2.215 nuevas muertes por COVID-19 en 24 horas, dijo el viernes el Ministerio de Salud.
El gobierno del presidente brasileño de extrema derecha Jair Bolsonaro, un escéptico de las vacunas y oponente de los cierres, está siendo investigado por una comisión parlamentaria por no planificar una campaña nacional contra el COVID-19 y no comprar vacunas a tiempo.
Brasil sigue siendo el tercer país más afectado del mundo en términos de casos confirmados de COVID-19, solo detrás de India y Estados Unidos.
Tiene el mayor número de muertes en la región, seguido por México y Colombia, que juntos representan alrededor del 74% de todas las muertes en América Latina.
Las vacunas en América del Sur se han rezagado con relación a gran parte del mundo. En América del Sur, solo el 15% de las personas han recibido al menos una dosis en comparación con el 28% en Europa y el 34% en América del Norte.
La Organización Panamericana de la Salud ha criticado las «brechas flagrantes» en el acceso a las vacunas COVID-19 en América Latina.
Los médicos y epidemiólogos dicen que la pandemia de coronavirus tomó por sorpresa a los gobiernos que no estaban preparados el año pasado y que su impacto se vio agravado por los líderes que minimizaron su gravedad.