El comediante Tony Hinchcliffe, telonero de Trump, contó un chiste en el que llamaba a Puerto Rico una «isla flotante de basura». Este chiste, junto con otros comentarios racistas y misóginos hechos por Hinchliffe y otros oradores, generó fuertes críticas y eclipsó el mensaje de cierre de Trump en la última semana de su campaña presidencial.
Muchas personas, incluidos demócratas y algunos republicanos, condenaron el chiste de Hinchcliffe sobre Puerto Rico.
El chiste se demostró especialmente problemático dada la importante población puertorriqueña en estados claves como Pensilvania.
La campaña de Kamala Harris, candidata presidencial demócrata, reaccionó rápidamente, utilizando el incidente para contrastar su compromiso con Puerto Rico con las acciones pasadas de Trump.
Las fuentes señalan que durante la presidencia de Trump, retrocedieron la ayuda a Puerto Rico después del huracán María.
El incidente llamó la atención sobre el posible impacto político del voto puertorriqueño en las próximas elecciones.
Algunas fuentes sugieren que la broma de Hinchcliffe podría ser contraproducente para Trump, ya que podría motivar a los votantes puertorriqueños a apoyar a Harris.
Personalidades puertorriqueñas destacadas, incluido el artista musical Bad Bunny, expresaron su apoyo a Harris y condenaron los comentarios de Hinchcliffe.
Bad Bunny, que tiene una presencia considerable en las redes sociales, compartió con sus seguidores el plan de Harris para Puerto Rico.
A pesar de los intentos de la campaña de Trump de distanciarse de la broma, la manifestación fue vista ampliamente como un reflejo de la retórica divisiva y ofensiva que muchos asocian con Trump y sus partidarios.
Otros oradores en la manifestación, además de Hinchcliffe, también hicieron comentarios que se consideran racistas y misóginos.
Varios oradores dirigieron comentarios ofensivos hacia la vicepresidenta Harris, incluso la llamaron «el diablo» y «el Anticristo». Un orador incluso la comparó con una prostituta.
Tucker Carlson, una figura mediática conservadora, se burló de la herencia mestiza de Harris inventando etnicidades falsas para ella.
Stephen Miller, un ex asesor de Trump, hizo comentarios nativistas, argumentando que «Estados Unidos es para los estadounidenses y solo para los estadounidenses».
El mitin de Trump en el Madison Square Garden, aunque estaba destinado a ser un mensaje de cierre para los votantes, desató un debate más amplio sobre el papel del discurso de odio y la intolerancia en la política estadounidense.
Algunos demócratas compararon el mitin con un evento pro nazi que tuvo lugar en el mismo lugar en 1939.
Consideraron el evento como una muestra de fascismo y advirtieron sobre los peligros de la retórica de Trump y el comportamiento de sus partidarios.
El mitin sirvió como un ejemplo destacado del movimiento MAGA, con apariciones de figuras como Hulk Hogan, Tucker Carlson y Elon Musk.
Las fuentes señalan que muchas de estas figuras han hecho declaraciones controvertidas o han tomado acciones controvertidas anteriormente.
Muchos comentaristas políticos creen que la manifestación fue un error de cálculo político por parte de Trump, ya que podría potencialmente alejar a los moderados y solidificar la percepción de él como una figura divisiva.