El lunes, la administración de Trump desechó un acuerdo histórico entre las Grandes Ligas de Béisbol y la Federación Cubana de Béisbol que habría permitido a los jugadores cubanos firmar con equipos de los Estados Unidos sin necesidad de desertar.
El acuerdo existente no podrá seguir adelante porque se basó en una decisión errónea de la antigua administración de Obama de que la Federación Cubana de Béisbol no era parte del gobierno comunista de Cuba, dijo un alto funcionario de Estados Unidos.
La medida esencialmente anula un acuerdo alcanzado entre la MLB y la federación cubana en diciembre, luego de tres años de negociaciones en virtud de las cuales los jugadores cubanos habrían tenido un camino seguro y legal para jugar profesionalmente en los Estados Unidos.
En el pasado, algunas estrellas cubanas han emprendido escapes arriesgados, incluido el ser contrabandeado fuera de la isla en lanchas rápidas.
La decisión de los Estados Unidos fue el último paso del presidente Donald Trump para revertir el acercamiento con La Habana, la antigua enemiga de la Guerra Fría de Estados Unidos, encabezada por su predecesor, Barack Obama.
Trump ha aumentado especialmente la presión sobre Cuba recientemente por su apoyo al presidente socialista de Venezuela, Nicolás Maduro.
«El acuerdo con MLB busca detener el tráfico de seres humanos, fomentar la cooperación y elevar el nivel del béisbol», dijo la Federación Cubana de Béisbol en Twitter.
Un alto funcionario de la administración de Trump sugirió que el acuerdo habría sometido a los jugadores a la «trata de personas» por parte del gobierno cubano, convirtiéndolos en «peones de la dictadura de Cuba».