Feroces protestas antigubernamentales arrasan Irak

Las renovadas manifestaciones antigubernamentales en Irak se apoderaron de la capital, Bagdad, y arrasaron otras ciudades en el sur del país, dejando al menos 30 personas muertas, según la comisión de derechos humanos y un monitor del país.

Miles también resultaron heridos por las fuerzas de seguridad cuando estallaron nuevas manifestaciones en Bagdad y varias ciudades del sur.

Las protestas del viernes se produjeron tres semanas después de un brote anterior de manifestaciones como resultado de la ira generalizada por la corrupción oficial, el desempleo masivo y la falla de los servicios públicos. 

Más de 150 personas murieron durante esas manifestaciones en medio de una ofensiva de las fuerzas de seguridad.

La policía iraquí disparó balas de goma y descargas de gases lacrimógenos en respuesta a las nuevas protestas, con al menos 30 muertes registradas en Bagdad y las provincias del sur de Basora, Maysan, Dhi Qar y Muthanna, según el Observatorio Iraquí de Derechos Humanos.

La Comisión de Derechos Humanos semioficial de Iraq también calculó el número de muertos en 30 y dijo que más de 2.000 manifestantes habían resultado heridos.

Reportes desde Bagdad confirman que los funcionarios no han abordado la exasperación que alimenta la crisis política en desarrollo de Irak.

La agitación en curso ha roto casi dos años de relativa estabilidad en Irak, que en los últimos años ha sufrido una invasión de Estados Unidos y luchas prolongadas, incluso contra el Estado Islámico de Irak.

Casi tres quintos de los 40 millones de habitantes de Iraq viven con menos de seis dólares al día, según muestran las cifras del Banco Mundial, a pesar de que el país alberga las quintas reservas probadas de petróleo más grandes del mundo.

El desempleo, particularmente entre los jóvenes, es un problema importante. Millones de personas carecen de acceso a servicios de salud, educación, agua o electricidad adecuados, y gran parte de la infraestructura del país está hecha jirones.

Las manifestaciones renovadas se produjeron después de que el primer ministro Abdul Mahdi advirtió el jueves que cualquier colapso del gobierno arrastraría a Irak a un tumulto más profundo.

En un discurso televisado, el primer ministro también prometió que las personas serían libres de ejercer su derecho a manifestarse, pero enfatizó que no se toleraría la violencia en las protestas.

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