Gustavo Petro se convirtió el domingo en el primer presidente izquierdista de Colombia en la Plaza de Bolívar de Bogotá el domingo por la tarde.
Petro, un ex miembro del grupo guerrillero M-19, ante la presencia de unos 100.000 invitados, prometió unir al país polarizado, luchar contra la desigualdad y el cambio climático, y lograr la paz con los rebeldes izquierdistas y las bandas criminales.
Petro, un ex senador de 62 años, también dijo que una de las principales prioridades es combatir el hambre en el país de 50 millones, donde casi la mitad de la población vive en algún nivel de pobreza.
Petro también prometió cambios en la educación pública universitaria y la atención médica gratuitas. Cuenta con una amplia coalición en el Congreso de partidos de izquierda y centro para aprobar su plataforma.
El nuevo presidente de Colombia ganó las elecciones presidenciales el 19 de junio junto a Francia Marquez con el 50,4% de los votos.
Francia Márquez, madre soltera y ex ama de casa, será la primera mujer negra en ser vicepresidenta de Colombia.
Márquez es una célebre activista ambiental cuya oposición a la minería de oro en su municipio natal de Suárez la llevó a recibir el prestigioso Premio Ambiental Goldman en 2018, así como amenazas de muerte de grupos armados ilegales.
Petro ha prometido alejar a Colombia de la producción de carbón a favor de opciones de energía más limpia.
El nuevo ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, propondrá al Congreso una reforma tributaria de 5.800 millones de dólares, que aumentaría los impuestos a las personas de altos ingresos para financiar programas sociales.
Petro prometió reabrir las relaciones diplomáticas con Venezuela, permitiendo que se reanude el comercio entre los dos países y los servicios consulares.
Petro ha criticado durante mucho tiempo la guerra contra las drogas encabezada por Estados Unidos como un fracaso y pidió en su discurso del domingo una nueva estrategia internacional para lidiar con el narcotráfico.
Colombia es uno de los principales productores de cocaína y enfrenta una presión constante de Washington para erradicar los cultivos de drogas y combatir el tráfico.
La toma de posesión de Petro marca un importante cambio político en la dirección de Colombia, que durante décadas había sido dirigida por moderados y conservadores.