Premio Nobel de Economía 2024: Acemoglu, Johnson y Robinson ganan por su investigación sobre «Instituciones y prosperidad»

La Real Academia Sueca de Ciencias otorgó el Premio Sveriges Riksbank en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel, a menudo denominado Premio Nobel de Economía, a un trío de economistas destacados: Daron Acemoglu y Simon Johnson, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), y James A. Robinson, de la Universidad de Chicago. 

Su trabajo pionero, que abarca décadas, se centra en la profunda influencia de las instituciones sociales en la prosperidad de una nación, arrojando luz sobre la intrincada relación entre las estructuras políticas y económicas y el crecimiento económico a largo plazo. 

El anuncio, transmitido en directo por YouTube y seguido de entrevistas y conferencias de prensa, resonó en todo el mundo académico y más allá, y desencadenó un renovado discurso sobre la desigualdad global y los desafíos persistentes que enfrentan las naciones en desarrollo.

La Academia detalló meticulosamente las contribuciones de los galardonados, destacando sus innovadores enfoques empíricos y teóricos. 

Su investigación examinó el impacto histórico de la colonización europea y reveló un «cambio de suerte» en el que regiones otrora prósperas, a menudo sujetas a instituciones extractivas diseñadas para beneficiar a una élite selecta, ahora están rezagadas respecto de las antiguas colonias que promovieron sistemas más inclusivos. 

Demostraron cómo las tasas de mortalidad de los colonos durante la colonización, influidas por entornos de enfermedades, afectaron los tipos de instituciones establecidas. 

Las altas tasas de mortalidad se correlacionaron con instituciones extractivas que obstaculizaron el crecimiento a largo plazo, mientras que la mortalidad más baja, a menudo en áreas escasamente pobladas, facilitó el desarrollo de instituciones inclusivas que alentaron la inversión y la prosperidad de base amplia.

Este «experimento natural» de la colonización proporcionó una lente convincente a través de la cual examinar el impacto duradero del diseño institucional. 

Los galardonados desarrollaron marcos teóricos que explican por qué algunas sociedades se atascan en sistemas «extractivos», a pesar del potencial de una mayor prosperidad a través de reformas inclusivas. 

Su trabajo desentraña la compleja interacción del poder político, la credibilidad de las promesas de reforma y la amenaza siempre presente de la revolución, ilustrando cómo la incapacidad de las élites gobernantes para comprometerse creíblemente con el cambio puede ser irónicamente un catalizador para la democratización.

Las reacciones de los propios galardonados al prestigioso premio variaron de “conmocionados” y “sorprendidos” a “encantados” y “asombrados”, reflejando la naturaleza inesperada de este alto honor. 

Acemoglu, hablando desde Atenas, Grecia, expresó una sensación de surrealismo, enfatizando la magnitud del reconocimiento. 

Robinson, despertado por su esposa con la noticia, contó con humor sus palabras: “¡Levántate, tienes que levantarte!”. 

Johnson, por su parte, se enteró del premio a través de una oleada de mensajes de texto de felicitación, un testimonio del impacto inmediato del anuncio.

El anuncio del premio en sí mismo enfatizó la persistente disparidad en la riqueza entre las naciones, enmarcando la investigación de los galardonados como una herramienta crucial para comprender este desafío global. 

El comité destacó la diferencia de riqueza de 30 veces entre el 20% más rico y el 20% más pobre de los países, subrayando la persistencia de esta brecha a pesar del crecimiento económico en las naciones más pobres. 

Vinculan explícitamente esta desigualdad con las diferencias institucionales, estableciendo un marcado contraste entre las «instituciones inclusivas», caracterizadas por derechos de propiedad protegidos y principios democráticos, y las «instituciones extractivas», marcadas por riesgos de expropiación y un gobierno autocrático.

Más allá de la esfera académica, el premio resonó entre los comentaristas que lo vieron como un recordatorio oportuno de la importancia de las instituciones fuertes, especialmente ante el aumento del autoritarismo y las amenazas a la democracia. 

La elección presidencial de Estados Unidos, que se avecinaba a pocas semanas, proporcionó un telón de fondo crudo para los debates, y Johnson la describió como una «seria prueba de estrés» para la democracia estadounidense. 

Acemoglu expresó su preocupación por el debilitamiento de las instituciones democráticas a nivel mundial, señalando una disminución del apoyo público a la democracia y subrayando la necesidad de que los sistemas democráticos cumplan sus promesas de inclusión y prosperidad compartida.

El trabajo de los galardonados, en particular su libro de 2012 «Por qué fracasan los países», ha trascendido el ámbito académico, llegando a un público más amplio e influyendo en el discurso público sobre el desarrollo y la desigualdad. 

El libro utiliza ejemplos vívidos, como la ciudad dividida de Nogales, para ilustrar las marcadas diferencias en la prosperidad que pueden surgir de caminos institucionales divergentes. 

Su trabajo más reciente, «Poder y progreso», explora más a fondo el impacto de los avances tecnológicos en la prosperidad, destacando la importancia crítica de la toma de decisiones participativa para aprovechar la tecnología en beneficio de todos.

En conclusión, el Premio Nobel de Economía 2024 sirve no solo como un reconocimiento a la erudición excepcional, sino también como un poderoso llamado a la acción. 

La investigación de los galardonados proporciona un marco para comprender la compleja dinámica de la prosperidad y la pobreza, poniendo de relieve el papel fundamental que desempeñan las instituciones inclusivas para fomentar el crecimiento económico a largo plazo y abordar el problema persistente de la desigualdad global. 

Su trabajo nos recuerda que las decisiones que toman las sociedades sobre sus instituciones tienen consecuencias profundas y duraderas que configuran la estructura misma de sus paisajes económicos y políticos.

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