Rohingyas recuerdan el «Día del Genocidio» y dos años de exilio en Bangladesh

Decenas de miles de rohingyas conmemoraron el «Día del Genocidio» en medio de las tensiones en los campamentos de Bangladesh, dos años después de su éxodo.

Al menos 100,000 refugiados rohingya se reunieron en campamentos en Bangladesh el domingo, marcando dos años desde el inicio de una brutal represión militar en Myanmar que obligó a más de 730,000 a huir a través de la frontera.

Multitudes masivas se reunieron en la mañana en la ladera de una colina para rezar en memoria de los familiares muertos en la violencia.

Otros marcharon bajo el sofocante sol cantando: «Queremos justicia» y «No más genocidio».

Más de un millón de personas viven en los campamentos en el sur de Bangladesh en el asentamiento de refugiados más grande del mundo. 

La mayoría que huyó de la violencia en 2017 que, según las Naciones Unidas, fue ejecutada con «intención genocida».

Los rohingya son una minoría étnica musulmana en Myanmar, la mayoría de los cuales viven en el estado de Rakhine, y tienen su propio idioma y cultura.

Pero a pesar de vivir en Myanmar por generaciones, no son reconocidos como ciudadanos ni contados en el censo.

Myanmar, en cambio, los considera inmigrantes ilegales de Bangladesh.

Cerca de 750,000 huyeron de su estado natal de Rakhine en Myanmar en agosto de 2017 cuando se intensificó una violenta represión contra el grupo étnico.

Las Naciones Unidas dicen que fue una limpieza étnica; el ejército de Myanmar dice que estaba llevando a cabo operaciones antiterroristas y que no tenía como objetivo a civiles.

Una investigación interna en 2017 eliminó a los militares de la culpa en la crisis rohingya.

Los refugiados dicen que las fuerzas de seguridad de Myanmar y los civiles budistas llevaron a cabo asesinatos en masa y violaciones de pandillas durante semanas de «operaciones de limpieza». 

Myanmar niega esas acusaciones y dice que estaban llevando a cabo operaciones legítimas contra los insurgentes rohingya que atacaron puestos policiales.

En Myanmar, los rohingya son denigrados como inmigrantes ilegales de Bangladesh, se les niega la ciudadanía y se les somete a estrictas restricciones a la libertad de movimiento.

A pesar de las condiciones miserables en los campamentos de Bangladesh, los refugiados temen regresar a sus hogares sin garantías de ciudadanía y seguridad.

El jueves, Bangladesh estableció un plan de retorno voluntario, pero ni un solo rohingya decidió irse.

Piden a Myanmar que les otorgue la ciudadanía antes de que regresen.

Se estimó que al menos 100,000 rohingya participaron en las protestas, que fueron pacíficas.

Myanmar ha ofrecido permitir la libertad de movimiento rohingya si aceptan una tarjeta de identificación nacional, lo cual, según los rohingya, significaría aceptar su condición de inmigrantes ilegales.

Alrededor de un millón de personas desplazadas ahora viven en Bangladesh, la mayoría en enormes y extensos campamentos de refugiados, el mayor de los cuales alberga a más de medio millón de personas, lo que representa una carga económica para Bangladesh.

Los que no huyeron ahora son menos de medio millón en Rakhine. Acusan al gobierno de opresión sistémica.

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