El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steve Mnuchin, se enfrentó a duras críticas por parte de enfurecidos ministros de finanzas de otras naciones del G7 por la imposición de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos a las importaciones de acero y aluminio.
El francés Bruno Le Maire advirtió que una guerra comercial podría comenzar en «unos días». Mientras tanto, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, se reunió con el viceprimer ministro chino, Liu He, en Beijing para tratar de aliviar las tensiones comerciales.
El presidente Trump insistió en Twitter en que Estados Unidos había sido «estafado por otros países durante años en el comercio». Él dice que las tarifas de acero protegerán a los fabricantes de acero de los Estados Unidos, lo que él dice que es vital para la seguridad nacional.
Trump también se ha quejado de las barreras que enfrentan las empresas estadounidenses en Europa y en otros lugares. En una acalorada reunión en la estación de esquí canadiense, la UE y Canadá amenazaron con tomar represalias.
Pero Mnuchin negó que Estados Unidos haya abandonado el liderazgo en la economía global y dijo que transmitió los fuertes sentimientos de los otros países hacia Trump. No hubo una declaración conjunta al final de la reunión, lo que es una clara señal de discordia.
Se espera que el debate mordaz continuará el próximo fin de semana cuando los líderes de los países del G7, incluido Trump, se reúnan para una cumbre en Quebec.
Ross se encuentra en Beijing buscando acuerdos sobre agricultura y energía para reducir el abrupto déficit comercial de Estados Unidos con China. Su visita se produce días después de que Washington amenazara con imponer aranceles adicionales sobre $ 50 mil millones de productos chinos. Ross dijo que las conversaciones habían sido amistosas y francas, pero no dio más detalles.
Mnuchin dijo que las conversaciones con China también tenían la intención de generar cambios estructurales para permitir que las compañías estadounidenses compitan de manera justa.
El jueves, Ross dijo que habían entrado en vigor aranceles del 25% para el acero y del 10% para el aluminio. El presidente francés Emmanuel Macron llamó a Trump para decirle que los aranceles eran «ilegales», pero Trump le dijo que era necesario «reequilibrar el comercio» con la UE.