Los equipos de rescate brasileños seguían buscando en la noche el domingo a cientos de personas desaparecidas luego de que una represa minera provocó una avalancha mortal.

El derrumbe en la mina Corrego do Feijao de Vale SA enterró las instalaciones mineras y las casas cercanas en la ciudad de Brumadinho, dejando un saldo mortal que ascendió a 58 personas, y se esperaba que aumente.

Un poco más de 300 personas seguían desaparecidas, y la lista de las personas desaparecidas se actualiza constantemente, dijo Flavio Godinho, portavoz de la agencia de defensa civil del estado.

La causa del estallido de la presa no quedó clara. Las inspecciones recientes no indicaron ningún problema, según la firma alemana que realizó la inspección.

Vimar de Melo Barcelos, el alcalde de Brumadinho, criticó a Vale por ser «descuidado e incompetente», y culpó a la compañía minera por la tragedia y al estado de Minas Gerais por la mala supervisión.

Barcelos prometió multar al minero con 100 millones de reales ($ 26.5 millones).

El director ejecutivo de Vale, Fabio Schvartsman, dijo en una entrevista televisiva el domingo que el desastre ocurrió incluso después de que la compañía siguiera las recomendaciones de seguridad de los expertos.

El gobierno brasileño ordenó a Vale detener las operaciones en el complejo minero Corrego do Feijao.

El domingo, los tribunales casi duplicaron a 11 mil millones de reales la cantidad de activos de Vale congelados en previsión de daños y multas.

En 2015, una presa propiedad de Vale, irrumpió en Mariana, también en Minas Gerais, matando a 19 personas, en lo que se consideró el peor desastre ambiental de Brasil.