Escalada de tensiones en el Mar Rojo: ataques hutíes y respuesta internacional

El Mar Rojo se ha convertido en un punto focal de crecientes tensiones a medida que los militantes hutíes con base en Yemen continúan lanzando ataques contra buques de carga de alto valor.

Estados Unidos, Gran Bretaña y aliados claves han emitido una última advertencia al grupo rebelde hutí yemení para que detenga sus ataques a la navegación internacional en el Mar Rojo.

La declaración, apoyada por más de una docena de naciones, considera que los ataques hutíes son ilegales, inaceptables y desestabilizadores. 

Enfatiza que los hutíes soportarán las consecuencias si continúan amenazando vidas, la economía global y el libre flujo del comercio en las vías fluviales críticas de la región.

El grupo rebelde hutí en Yemen ha intensificado los ataques contra objetivos israelíes y estadounidenses en represalia por los ataques de Israel en Gaza. 

Los ataques, que comenzaron en noviembre, supuestamente son en solidaridad con los palestinos en Gaza y tienen como objetivo buques con vínculos israelíes o aquellos que navegan hacia Israel.

El ejército estadounidense está preparando opciones para atacar al grupo rebelde respaldado por Irán si no cumplen con el ultimátum.

La advertencia se produce después de una serie de ataques hutíes contra barcos comerciales en el Mar Rojo, incluido un petrolero saudita y un barco con bandera de los Emiratos Árabes Unidos. 

Los ataques han generado preocupaciones sobre la seguridad del transporte marítimo en la región y la posibilidad de un conflicto más amplio.

Estados Unidos y sus aliados están pidiendo a los hutíes que cesen sus ataques y regresen a las negociaciones. Advierten que los hutíes afrontarán más consecuencias si continúan agravando la situación.

Los rebeldes hutíes han desestimado el ultimátum, calificándolo de «amenaza» y «chantaje». Han prometido continuar sus ataques en represalia por los ataques de Israel en Gaza.

Los ataques hutíes no se han limitado a los métodos tradicionales, ya que han introducido buques de superficie no tripulados armados en su arsenal marítimo. 

Estos vehículos estadounidenses, equipados con componentes fabricados en Irán, se han utilizado como drones suicidas que explotan al impactar, lo que marca un cambio en las tácticas empleadas por los militantes hutíes.

En respuesta a estos ataques, Estados Unidos y otros países han formado un grupo de trabajo naval, Operación Guardián de la Prosperidad, destinado a proteger los buques civiles en el Mar Rojo. 

Los buques de guerra estadounidenses han interceptado armas disparadas por los hutíes y han tomado medidas defensivas para garantizar la seguridad de los buques comerciales que pasan por el crítico estrecho de Bab el-Mandeb.

Sin embargo, a pesar de estas medidas defensivas, los ataques hutíes han persistido, lo que llevó a la Casa Blanca y 12 aliados a emitir una declaración conjunta advirtiendo a los hutíes de posibles acciones militares selectivas si los ataques continuaran. 

Este ultimátum subraya la gravedad de la situación y la posibilidad de una mayor escalada.

La comunidad internacional, representada por miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, ha pedido a los hutíes que detengan sus ataques contra el transporte marítimo en el Mar Rojo y el Golfo de Adén, enfatizando la ilegalidad de estas acciones y la amenaza que representan para la estabilidad regional, la libertad de la navegación y el suministro mundial de alimentos.

Las discusiones del consejo también han sacado a la luz las acusaciones de apoyo de Irán a los ataques hutíes, acusación que Teherán ha negado.

El impacto de estos ataques no se limita a las preocupaciones inmediatas de seguridad. Las principales líneas navieras han suspendido sus operaciones a través del Mar Rojo, lo que ha provocado importantes perturbaciones en las rutas comerciales mundiales. 

Los transportistas ya han desviado más de 200 mil millones de dólares en comercio desde el Mar Rojo, y la amenaza de violencia en esta ruta comercial clave de Medio Oriente ha provocado tiempos de envío más largos, mayores costos de flete y una caída en la utilización de la capacidad de los buques.

Los gigantes del transporte marítimo internacional, incluido Maersk, han suspendido el transporte marítimo a través del Mar Rojo y el Canal de Suez «hasta nuevo aviso» mientras revisan la seguridad tras los ataques a sus buques. 

Esta suspensión extendida refleja la preocupación generalizada sobre la posible perturbación de la economía global debido a retrasos en las entregas de bienes, combustible y alimentos, así como los consiguientes aumentos de precios.

La situación en el Mar Rojo ha llevado a otras importantes empresas navieras a desviar sus buques, lo que ha provocado viajes más largos, mayores costos de flete y una posible congestión portuaria. 

La interrupción de las cadenas de suministro globales ya está teniendo importantes repercusiones económicas, y las tarifas de flete y las acciones están experimentando fluctuaciones notables.

El enfrentamiento entre los hutíes y Estados Unidos y sus aliados es peligroso. El riesgo de un conflicto más amplio es real y las consecuencias podrían ser devastadoras. 

Esto ha generado graves preocupaciones sobre la seguridad marítima, el transporte marítimo y el comercio internacional, con implicaciones para la frágil situación humanitaria en Yemen, amenazando las entregas de ayuda al país devastado por la guerra.

Es fundamental que las partes involucradas encuentren una manera de reducir la situación y volver a las negociaciones.

A medida que las tensiones continúan aumentando en el Mar Rojo, la comunidad internacional enfrenta el desafío de salvaguardar la seguridad marítima, garantizar la libertad de navegación y abordar la compleja dinámica geopolítica en juego. 

La evolución de la situación subraya la necesidad de un enfoque coordinado y estratégico para mitigar el impacto de los ataques hutíes y mantener la estabilidad en esta región marítima crítica.

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