El martes, los fiscales de Chicago retiraron los cargos que acusaban al actor de «Empire» Jussie Smollett de organizar un delito de odio falso.

La sorpresiva decisión provocó la furia del superintendente de policía y el alcalde de la ciudad, quien calificó la decisión de «blanqueo de justicia».

Smollett, quien es negro y gay, dijo a los reporteros el martes que siempre había sido sincero cuando dijo que dos hombres enmascarados le lanzaron una soga al cuello y le lanzaron productos químicos mientras gritaba insultos homofóbicos y expresaban su apoyo al presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Pero el alcalde Rahm Emanuel criticó la inesperada decisión de los fiscales del Condado de Cook, enfatizando que un gran jurado concluyó que el ataque fue un engaño y que Smollett pretendió ser una víctima.

Los comentarios del alcalde culminaron las tres horas vertiginosas que comenzaron en una breve audiencia judicial el martes, cuando los fiscales anunciaron abruptamente que estaban abandonando el caso.

Smollett, sus abogados y su familia calificaron la medida como una reivindicación de su cuenta, que provocó furor en los Estados Unidos.

La policía arrestó a Smollett el 21 de febrero, acusando al actor de pagarle a dos hermanos $ 3,500 para organizar el ataque en un esfuerzo por usar la notoriedad para avanzar en su carrera.

Los hermanos fueron arrestados después de ser capturados en imágenes de vigilancia cerca del sitio del presunto asalto. La policía dijo en febrero que habían confesado su papel en el complot de Smollett y fueron liberados sin cargos. Uno de ellos había trabajado con Smollett en «Empire», el drama televisivo de hip-hop de Fox, según la policía.

Smollett, quien interpreta a un músico gay en «Empire», se declaró inocente de los cargos que se le imputaron el 14 de marzo.

«He sido sincero y coherente en todos los niveles desde el primer día», dijo Smollett a los periodistas el martes pasado frente a un juzgado de Chicago.

El Alcalde Emanuel dijo que las acciones de Smollett arrastraron la reputación de Chicago a través del barro y también dificultaría que las víctimas de los delitos de odio hagan creer sus historias.