La primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, renunciará como líder del partido socialdemócrata

La primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, la jefa de gobierno más joven del mundo, anunció el miércoles que renunciará como líder de su partido socialdemócrata en el próximo Congreso del Partido en el otoño.

Marin, de 37 años, dijo en un comunicado que había decidido renunciar «después de una cuidadosa consideración» y que quería «darle a la fiesta la oportunidad de renovar su liderazgo».  Ella dijo que continuaría como legisladora en el Parlamento.

«He sido primera ministro durante casi cuatro años, y durante ese tiempo hemos enfrentado muchos desafíos», dijo Marin. 

«Pero también hemos logrado mucho. Hemos fortalecido el estado de bienestar, invertido en educación y atención médica, y tomamos medidas para combatir el cambio climático».

El Partido Socialdemócrata de Marin quedó en tercer lugar en las elecciones parlamentarias de Finlandia el domingo, detrás del Partido Nacional de Coalición Central-Right y el Partido Populista Finns de la derecha.

Los resultados de las elecciones significan que Marin ya no será primer ministro, ya que el primer ministro finlandés es siempre un miembro del partido que tiene la mayor cantidad de escaños en el Parlamento.

La renuncia de Marin como líder del partido socialdemócrata es un gran golpe para el partido, que ha estado en el poder en Finlandia durante más de una década.

Todavía no está claro quién sucederá a Marin como líder del partido. Sin embargo, se espera que los socialdemócratas celebren una elección de liderazgo en otoño, y el nuevo líder tendrá la tarea de formar un nuevo gobierno.

La renuncia de Marin también es un momento significativo para Finlandia, ya que fue la primera primera ministra del país y la persona más joven en ocupar el cargo.

El ascenso de Marin al poder fue visto como un símbolo de progreso para Finlandia, y es probable que su renuncia sea recibida con decepción por muchos finlandeses.

Sin embargo, la renuncia de Marin también es un recordatorio de que la política es un negocio fluido e impredecible, y que incluso los líderes más exitosos pueden ser derribados por circunstancias cambiantes.

Queda por ver lo que depara el futuro para Finlandia y el Partido Socialdemócrata, pero la renuncia de Marin es un gran punto de inflexión en la historia política del país.

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