Un organismo de control de EE. UU. no encontró evidencia de sesgo político cuando el FBI lanzó una investigación sobre la campaña de Donald Trump de 2016, a pesar de «graves fallas».
El informe del inspector general del Departamento de Justicia de los Estados Unidos concluyó que la agencia de aplicación de la ley tenía un «propósito autorizado» para iniciar la investigación.
Pero también encontró que las aplicaciones para escuchar a un asistente de Trump tenían «imprecisiones y omisiones significativas».
El informe de 476 páginas proporciona elementos de juicio para los críticos y simpatizantes de Trump por igual.
El inspector general Michael Horowitz buscó evaluar las bases para que el FBI vigilara a Carter Page, un ex asesor de campaña de Trump que había vivido y trabajado en Rusia.
El inspector general no encontró base para reclamos conservadores de que la hostilidad partidista hacia Trump había influido en la investigación del FBI.
Horowitz tampoco descubrió que los errores del FBI fueron intencionales.
Los demócratas dijeron que el informe socava las reiteradas afirmaciones de Trump de que fue víctima de una «caza de brujas».
