Tres policías en Kentucky acusados por la redada de narcóticos que resultó en la muerte de una mujer negra en su casa, no serán procesados, dijo el miércoles el fiscal general del estado.

Breonna Taylor, de 26 años, trabajadora del hospital, recibió varios disparos cuando los agentes irrumpieron en su casa el 13 de marzo en Louisville.

Uno de los oficiales, Brett Hankison, ha sido acusado, no de la muerte de Taylor, sino de «poner en peligro» a los vecinos por disparar contra el apartamento de un vecino.

Otros dos agentes involucrados no han sido acusados.

Según la ley de Kentucky, alguien es culpable si comete un acto que muestra «una indiferencia extrema por el valor de la vida humana».

Este delito grave de menor nivel puede venir con una sentencia de cinco años por cada cargo. Hankison fue acusado de tres cargos.

Los familiares de Taylor y activistas habían estado pidiendo que los tres oficiales, todos blancos, fueran acusados ​​de asesinato o homicidio involuntario.

Pero esto fue rechazado por un gran jurado que revisó la evidencia.

La decisión causó manifestaciones de protestas en las calles de la ciudad más grande de Kentucky, Nueva York, Washington, D.C., Atlanta y Chicago.

El fiscal principal dijo que los otros dos agentes, Jonathan Mattingly y Miles Cosgrove, estaban «justificados para protegerse y la justificación nos impide presentar cargos penales».

Agregó que el FBI todavía estaba investigando posibles violaciones de la ley federal en el caso.

El martes se declaró el estado de emergencia en Louisville y se esperan protestas. También se ha desplegado la Guardia Nacional.

El alcalde Greg Fischer ha establecido un toque de queda en la ciudad que permanecerá vigente durante las próximas 72 horas. Anteriormente dijo que había declarado el estado de emergencia «debido al potencial de disturbios civiles».

La policía ha cerrado el tráfico en determinadas calles donde han prevalecido las protestas y se han levantado barricadas alrededor del centro de la ciudad.

Las manifestaciones sobre la muerte de Taylor se han llevado a cabo en la ciudad durante más de 100 días consecutivos.

El despliegue de la Guardia Nacional ha sido criticado porque uno de sus soldados mató a tiros al dueño de un restaurante negro, David McAtee, mientras las autoridades dispersaban a los manifestantes Black Lives Matter en junio.

El departamento de policía dijo que sus agentes habían sido atacados mientras intentaban despejar el área. 

Pero después de que se descubrió que los agentes en la escena no habían activado sus cámaras corporales, el jefe de policía de la ciudad fue despedido.

Poco después de la medianoche del viernes 13 de marzo, Breonna Taylor estaba en la cama con su novio, Kenneth Walker, cuando escucharon un golpe en la puerta.

Agentes de policía de Louisville vestidos de civil estaban llevando a cabo una redada de narcóticos y utilizaron un ariete para entrar a la propiedad.

Un juez había otorgado una orden para registrar la casa de Taylor porque los investigadores sospechaban que un traficante de drogas condenado, su ex novio, Jamarcus Glover, estaba usando la dirección para recibir paquetes. Ella no tenía antecedentes penales.

Según un informe de balística del FBI, los tres agentes respondieron al fuego y dispararon 32 rondas.

Taylor, que también se había levantado de la cama en medio de la conmoción, recibió un disparo y murió en el piso del pasillo.

Según un informe de arresto, a los agentes se les había otorgado una orden que les permitía ingresar a la propiedad sin previo aviso.

Algunos vecinos dijeron a los medios locales que no escucharon a los agentes anunciarse.

No se encontraron drogas en la propiedad. 

Walker fue acusado inicialmente de intento de asesinato y agresión a un oficial de policía, pero el caso en su contra se abandonó en mayo en medio del escrutinio nacional del caso.

Hankison fue despedido del Departamento de Policía de Louisville Metro en junio después de que los investigadores descubrieron que había «disparado a ciegas y sin sentido» 10 rondas durante la redada, según su carta de despido.

Mattingly y Cosgrove fueron reasignados a funciones administrativas.