Estados Unidos, Gran Bretaña y naciones aliadas lanzaron una serie de ataques aéreos en todo Yemen la madrugada del viernes, hora local, contra instalaciones utilizadas por los rebeldes hutíes para atacar buques de transporte en el Mar Rojo. 

El bombardeo de misiles y bombas de precisión alcanzó alrededor de 30 sitios, incluidos depósitos de almacenamiento de armas, instalaciones de radar y posiciones de lanzamiento de misiles y drones.

Los ataques se producen después de meses de intensificación de los ataques por parte de los hutíes, respaldados por Irán, contra barcos comerciales y militares que navegan en el sur del Mar Rojo y el estrecho de Bab al-Mandab. 

El martes, las fuerzas navales estadounidenses y aliadas interceptaron uno de los bombardeos hutíes más grandes hasta el momento, que los funcionarios estadounidenses describieron como «el colmo».

Desde mediados de noviembre, los hutíes han atacado barcos más de dos docenas de veces. Si bien dicen que la campaña marítima es en solidaridad con los palestinos que enfrentan el bombardeo israelí en Gaza, muchos de los buques atacados no tenían vínculos evidentes con Israel. 

Los ataques han afectado al transporte marítimo mundial, y más de 2.000 barcos se han visto obligados a tomar rutas más largas y costosas para evitar la zona.

Al anunciar los ataques, el presidente Biden dijo que su objetivo es «interrumpir y degradar la capacidad de los hutíes para lanzar ataques contra buques y poner fin a las amenazas a la libertad de navegación». 

El portavoz del Pentágono, John Kirby, dijo que eran «de naturaleza defensiva» para detener los ataques hutíes, no para iniciar una guerra. Estados Unidos coordinó la respuesta con Gran Bretaña, Australia, Bahréin, Canadá y los Países Bajos.

Los hutíes prometieron represalias, y el portavoz Yahya Saree calificó los ataques de «bárbaros» y prometió que «todos los activos estadounidenses y británicos se han convertido en objetivos legítimos». 

Enormes protestas estallaron en todo el territorio controlado por los rebeldes en Yemen, con multitudes enojadas coreando consignas antiestadounidenses y anti israelíes. 

Algunos analistas advierten que los ataques estadounidenses podrían inflamar las tensiones y descarrilar el frágil proceso de paz en Yemen.

La escalada del conflicto en Medio Oriente, en particular los ataques estadounidenses contra la milicia hutí en Yemen, tiene varias implicaciones potenciales:

1. Impacto económico: El conflicto tiene el potencial de alterar las rutas marítimas, lo que provocaría un aumento de los costos del combustible y los alimentos y profundizaría el hambre en Yemen.

También ha obligado a los barcos comerciales a tomar rutas más largas y costosas alrededor de África, generando preocupaciones sobre la inflación y la interrupción de la cadena de suministro.

2. Escalada regional: El conflicto se ha extendido por la región, con preocupaciones sobre la participación de los aliados de Irán en Líbano, Siria e Irak. Esto hace temer una escalada más amplia del conflicto en Oriente Medio.

3. Paz en Yemen: Los ataques hutíes a barcos del Mar Rojo podrían amenazar la paz dentro de Yemen, particularmente ahora que las conversaciones de alto el fuego después de una guerra de una década parecen estar cobrando impulso.

Los ataques podrían desencadenar una respuesta militar estadounidense que podría deshacer las frágiles condiciones del alto el fuego.

4. Relaciones internacionales: El conflicto obliga a otros países y gobiernos a negociar con la milicia hutí, dándoles legitimidad de facto en un momento en el que no son oficialmente reconocidos internacionalmente como el gobierno de Yemen.

Estas implicaciones resaltan el potencial de que el conflicto tenga consecuencias de largo alcance, que afecten no sólo a Yemen sino también a la región más amplia de Medio Oriente y a las rutas marítimas internacionales.

Si bien no busca un conflicto con Irán, la administración Biden vincula a Teherán con la habilitación de capacidades hutíes a través del suministro de armas. 

Sin embargo, otros expertos sostienen que la diplomacia con Irán para negociar un alto el fuego en Gaza habría sido más prudente que una acción militar. 

Mientras los hutíes prometen nuevos ataques, Estados Unidos dice que está dispuesto a continuar con los ataques si es necesario para asegurar las rutas marítimas del Mar Rojo.