Ecuador se ha visto sumido en el caos en los últimos días después de que un notorio líder de una pandilla y narcotraficante escapara de prisión. 

El presidente del país, Daniel Noboa, declaró el estado de emergencia y ordenó una operación militar para «neutralizar» a las bandas criminales responsables de una ola de violencia que azota al país.

El más reciente incidente de esta ola de violencia ocurrió el martes cuando hombres armados con armas de largo alcance, granadas y dinamita irrumpieron en una transmisión en vivo de TC, una estación de televisión en la ciudad costera de Guayaquil. 

El ataque duró 20 minutos antes de que la policía finalmente rescatara al aterrorizado personal de la televisión y arrestara a los 13 agresores.

Este ataque, que fue transmitido en vivo por la televisión nacional, es el ejemplo más dramático de la violencia e inestabilidad que se ha apoderado de Ecuador. 

La situación se ha vuelto tan grave que el Presidente Noboa ha declarado a varias pandillas como «organizaciones terroristas» y ha autorizado a los militares a tomar medidas contra ellas.

Los disturbios en Ecuador se remontan a la fuga de prisión de Adolfo Macías Villamar, también conocido como «Fito», el domingo. 

Macías es el líder de la famosa pandilla Los Choneros y cumplía una condena de 34 años por tráfico de drogas y otros delitos. 

Su fuga ha provocado un aumento de la violencia, incluido el secuestro de varios agentes de policía, explosiones en varias ciudades y ataques a prisiones y edificios gubernamentales.

En respuesta a esta escalada de violencia, el presidente Noboa declaró el lunes un estado de emergencia de 60 días y ordenó a los militares que tomaran el control de la situación. 

En un decreto revisado el martes, declaró a 22 pandillas como «organizaciones terroristas» y autorizó al ejército a «neutralizarlas» dentro de los límites del derecho internacional humanitario.

Esta medida ha contado con el apoyo de países vecinos como Perú, Colombia y Chile, quienes han expresado su preocupación por la situación en Ecuador. 

China, un importante inversor en el país, ha cerrado su embajada y consulados hasta nuevo aviso.

El ataque al estudio de televisión del martes conmocionó a la nación y generó preocupación sobre el aumento de la violencia en Ecuador. 

Los pistoleros, vestidos de negro y con pasamontañas, entraron al estudio a través de la recepción de una emisora vecina. 

Agredieron al personal, dejando dinamita, antes de irrumpir en el estudio e interrumpir la transmisión en vivo. El ataque al canal de televisión muestra la audacia de estas bandas criminales y su desprecio por la ley y el orden.

El gobierno ha atribuido la violencia al creciente tráfico de drogas en el país, que ha convertido a Ecuador en un centro para el contrabando de cocaína. 

Las guerras de pandillas y los conflictos por el control de lucrativas rutas de contrabando han alimentado la inestabilidad, y los recientes intentos de transferir a los líderes de las pandillas a una nueva prisión de alta seguridad han empeorado aún más la situación.

El Presidente Noboa ha prometido tomar medidas para combatir esta escalada de violencia. Ha esbozado un «Plan Fénix», que incluye una nueva unidad de inteligencia, nuevas armas para las fuerzas de seguridad y seguridad reforzada en puertos y aeropuertos. 

Sin embargo, estas medidas parecen insuficientes ante la crisis actual y muchos ecuatorianos cuestionan al gobierno.

Muchos ecuatorianos se preguntan por qué el presidente Daniel Noboa no toma medidas más duras contra las pandillas, si su coalición tiene mayoría en la Asamblea Nacional.

El presidente Noboa autorizó a los militares a «neutralizar» a las pandillas dentro de los límites del derecho internacional humanitario. 

También se ha comprometido a contraatacar el aumento de la delincuencia en el país. 

Es posible que el gobierno esté adoptando un enfoque cauteloso para evitar una mayor escalada de violencia y garantizar que cualquier medida que se adopte sea eficaz para abordar el problema.