Un ex alto diplomático estadounidense, Víctor Manuel Rocha, 73, ha sido acusado de actuar como agente extranjero secreto para Cuba, después de supuestamente trabajar con la agencia de inteligencia del país durante más de cuatro décadas.
Los cargos en su contra, incluido actuar como agente ilegal de un gobierno extranjero y utilizar un pasaporte obtenido de manera fraudulenta, fueron anunciados el lunes por el fiscal general Merrick Garland.
Según la acusación, la relación de Rocha con la inteligencia cubana comenzó en 1981, cuando era funcionario político en la Embajada de Estados Unidos en la República Dominicana.
A partir de ahí, se abrió camino a través de varios puestos diplomáticos en la región, incluido el de Director de Asuntos Interamericanos del Consejo de Seguridad Nacional.
Este papel le dio una responsabilidad especial sobre la política cubana, y los fiscales alegan que utilizó esta influencia para apoyar la misión de recopilación de inteligencia de Cuba contra Estados Unidos.
Además, los investigadores dicen que Rocha tuvo acceso a información confidencial como empleado del Departamento de Estado y se le pidió que firmara acuerdos de confidencialidad afirmando su lealtad a los Estados Unidos y la ausencia de actividad encubierta en nombre de cualquier nación extranjera.
Sin embargo, los documentos de la fiscalía afirman que Rocha se reunía periódicamente con agentes cubanos y conspiraba con ellos para actuar como agente clandestino del gobierno cubano.
Las pruebas contra Rocha incluyen numerosas conversaciones grabadas con un agente encubierto del FBI que se hace pasar por miembro de la inteligencia cubana.
Durante estas reuniones, Rocha supuestamente declaró que su principal prioridad era proteger al liderazgo cubano y elogió al líder revolucionario cubano Fidel Castro.
También habló de su participación en «el derribo de avionetas», que se cree que es una referencia a un incidente en el que Cuba derribó dos aviones desarmados operados por miembros de un grupo anticastrista, matando a cuatro hombres.
Los cargos contra Rocha se producen casi un año después de que otra espía cubana, Ana Montes, fuera liberada de prisión después de pasar más de 20 años tras las rejas.
Montes, ex analista de la Agencia de Inteligencia de Defensa, también espió para Cuba durante más de 17 años y fue responsable de comprometer las identidades de oficiales de inteligencia encubiertos de Estados Unidos, así como información confidencial sobre las capacidades de recopilación del país.
En el tribunal el lunes, el Fiscal General Garland calificó este caso como una de las infiltraciones de mayor alcance y más duraderas en el gobierno de Estados Unidos por parte de un agente extranjero.
La Embajada de Cuba aún no ha respondido a solicitudes de comentarios y el abogado de Rocha tampoco ha hecho declaraciones.
En una reunión entre Rocha y el investigador encubierto en junio de 2023, Rocha habló sobre su asociación de décadas con la inteligencia cubana.
Rocha supuestamente le dijo al agente encubierto: «Estoy enojado. Estoy enojado… Es como cuestionar mi hombría».
Rocha también mencionó su participación en un controvertido incidente durante su mandato en La Habana, cuando Cuba derribó dos aviones desarmados operados por miembros de Hermanos al Rescate, un grupo con sede en Estados Unidos opuesto al gobierno de Castro, matando a cuatro hombres.
Esta evidencia, junto con sus conversaciones con el empleado encubierto, llevaron a su arresto y cargos de actuar como agente ilegal de un gobierno extranjero.
El caso está en curso y Rocha permanecerá detenido hasta una audiencia de prisión preventiva el miércoles.
El arresto y los cargos contra Rocha han generado preocupaciones sobre la seguridad de los funcionarios del gobierno y los riesgos potenciales del espionaje extranjero.
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, declaró en una conferencia de prensa que el departamento trabajaría con sus socios de inteligencia para evaluar cualquier implicación de este caso para la seguridad nacional a largo plazo.
También es notable que el arresto y los cargos de Rocha se produzcan en medio de tensiones actuales entre Estados Unidos y Cuba, con el gobierno estadounidense imponiendo sanciones económicas a la nación isleña y acusándola de abusos contra los derechos humanos.
Las implicaciones de esta supuesta infiltración a largo plazo del gobierno de Estados Unidos por parte de un agente extranjero podrían tensar aún más la relación entre los dos países.