La ya volátil situación en Medio Oriente dio un giro dramático el sábado cuando Irán lanzó un ataque masivo de represalia contra Israel. 

En una medida sin precedentes, Irán disparó más de 300 aviones no tripulados y misiles balísticos desde su territorio hacia el Estado judío, hundiendo a la región en aguas inexploradas.

El ataque, que duró unas cinco horas, comenzó el sábado por la noche y continuó hasta la madrugada del domingo. 

Según el ejército israelí, «el 99% de los más de 300 proyectiles disparados por Irán fueron interceptados», gracias en parte a una estrecha coordinación con Estados Unidos, Reino Unido y Francia. 

Sin embargo, la magnitud del ataque iraní fue un acontecimiento impactante que tiene a los líderes mundiales luchando por responder.

Los ataques fueron la represalia de Irán por un presunto ataque israelí a principios de este mes contra el edificio del consulado iraní en Damasco, Siria, que supuestamente mató a varios comandantes militares iraníes, incluido un alto funcionario de la Guardia Revolucionaria. 

Irán prometió hacer que Israel pagara por el ataque y parece que cumplió esa promesa.

«Hemos interceptado, hemos contenido. Juntos venceremos», declaró después el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, prometiendo que su país no se dejaría intimidar por la agresión iraní. 

Sin embargo, Netanyahu también reconoció la gravedad de la situación y afirmó que «hay que cambiar las reglas» tras este ataque sin precedentes.

El presidente estadounidense Joe Biden, que habló con Netanyahu tras los ataques, dejó claro que Estados Unidos no participará en ninguna operación ofensiva contra Irán. 

Sin embargo, Biden reafirmó el «compromiso férreo de Estados Unidos con la defensa de Israel» y dijo que la evaluación actual de Estados Unidos es que los ataques de Irán habían sido en gran medida infructuosos, lo que demuestra la capacidad militar superior de Israel.

«Estamos dedicados a la defensa de Israel», dijo Biden. «Apoyaremos a Israel. Ayudaremos a defender a Israel e Irán no tendrá éxito».

El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, fue inequívoco en su condena de las acciones de Irán y pidió un «cese inmediato de las hostilidades». 

Guterres advirtió que «ni la región ni el mundo pueden permitirse otra guerra».

Otros líderes mundiales, incluido el primer ministro canadiense Justin Trudeau, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China y líderes de Arabia Saudita, Egipto, Qatar y varias naciones europeas, también expresaron sus preocupaciones y pidieron moderación y reducción de la tensión.

En particular, el ataque no involucró sólo ataques del propio Irán. Hezbollah, el grupo militante respaldado por Irán en el Líbano, también disparó una andanada de cohetes contra el norte de Israel después, aumentando aún más las tensiones.

Los expertos en defensa ahora especulan sobre cómo podría responder Israel, y algunos sugieren que las represalias militares no son la única opción. 

Eyal Hulata, ex asesor de seguridad nacional israelí, dijo que además de una posible respuesta militar, también podría ser una posibilidad un aumento de las sanciones internacionales contra Irán.

«Esto es que Irán está cruzando todos los límites. Pero no basta con preguntar qué debería hacer Israel, sino también qué debería hacer la comunidad internacional cuando Irán está haciendo algo tan inimaginable», dijo Hulata.

La situación sigue siendo muy volátil y existe la posibilidad de que empeore aún más. 

Estados Unidos ya ha trasladado activos adicionales a Oriente Medio en un intento de disuadir cualquier nueva agresión, y Biden ha prometido reunirse con los líderes del G7 para coordinar una «respuesta diplomática unida» al «descarado ataque» de Irán.

Mientras el mundo observa con gran expectación, Oriente Medio se encuentra una vez más sumergido en una dinámica peligrosa e impredecible, con el espectro de un conflicto total acechando. 

Las consecuencias de este último estallido podrían repercutir en toda la región y más allá, dejando a los responsables de las políticas y a los líderes mundiales lidiando con una crisis compleja y en rápida evolución.