Manifestantes de todo el mundo volvieron a las calles el viernes en una ola de indignación por el racismo contra las minorías en sus propias naciones.

La muerte de George Floyd, después de que un oficial de policía blanco presionó una rodilla en su cuello mientras lo detenía, ha convulsionado a Estados Unidos.

Las manifestaciones más grandes tuvieron lugar en Alemania el viernes, donde más de 10,000 personas se reunieron en Frankfurt y Hamburgo.

Muchos levantaron las manos en el aire y sostuvieron pancartas con lemas como: «Tu dolor es mi dolor, tu lucha es mi lucha».

Un cartel en el mitin de Frankfurt preguntó: «¿Cuántos no fueron filmados?» en referencia al hecho de que el caso de Floyd fue captado por la cámara en Minneapolis.

Como las autoridades advirtieron en muchas partes del riesgo de infecciones por COVID-19 en grandes reuniones, muchos manifestantes llevaban máscaras anti-coronavirus, algunas en negro o con una imagen de puño cerrado.

En Trafalgar Square, en Londres, docenas se arrodillaron en solidaridad con el movimiento Black Lives Matter.

En Australia, los manifestantes marcharon a la Casa del Parlamento en Canberra, mostraron imágenes de las redes sociales, a pesar de los intentos de las autoridades por detener las reuniones debido al coronavirus.

Los australianos también han estado llamando la atención sobre el maltrato de los nacionales indígenas.

Manifestantes austríacos se reunieron cerca de la embajada de los Estados Unidos, sosteniendo pancartas con lemas como «No hay razas, solo una especie».

Ignorando las pautas de distancia social de un metro pero usando máscaras, varios miles de personas se reunieron frente al parlamento noruego y cientos fuera de la embajada de los Estados Unidos.

En otros lugares, se organizaron manifestaciones el viernes en los Países Bajos, Liberia, Italia, Canadá y Grecia.