El pánico se apoderó de Wall Street el miércoles cuando los inversores huyeron de las acciones en medio de los temores sobre una guerra comercial entre Estados Unidos y China y el estado de la economía global.

Los tres principales mercados bursátiles cerraron con una caída del 3%, y los analistas señalaron indicios de que Estados Unidos podría estar en camino a la recesión.

El Dow perdió 800 puntos, o el 3%, su mayor caída de puntos del año y su cuarto mayor caída de puntos de todos los tiempos. 

El S&P 500 cayó 85 puntos, o 2.9% a 2,840, mientras que el Nasdaq Composite disminuyó 3% a 7,773.

Los datos débiles de Alemania y China, y otro ataque contra el banco central de los Estados Unidos por parte del presidente Donald Trump, ayudaron a impulsar una avalancha de activos refugio como el oro.

La noticia de que el PIB de Alemania se contrajo en el segundo trimestre, y que el crecimiento industrial de China en julio alcanzó un mínimo de 17 años, ya había asustado a los mercados en Europa. 

Los datos económicos de China y Alemania sugirieron una economía mundial vacilante, afectada por el empeoramiento de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el Brexit y las tensiones geopolíticas.

La curva de rendimiento del Tesoro de los Estados Unidos se invirtió temporalmente el miércoles por primera vez desde junio de 2007 en señal de preocupación de los inversores de que la economía más grande del mundo podría estar en camino a la recesión.

Los datos económicos débiles y la baja inflación en todo el mundo, los conflictos comerciales y la tensión política en lugares como Hong Kong han generado preocupaciones sobre el crecimiento global, alimentando las expectativas del mercado de recortes de tasas de interés del banco central y provocando fuertes caídas en los rendimientos de los bonos del gobierno.

Una gran pregunta es si la sacudida de los mercados provino de la guerra comercial del presidente Donald Trump, o si fue un error de la Reserva Federal de los Estados Unidos por continuar aumentando las tasas hasta fines del año pasado.

Para Trump, que espera hacer de la economía una parte central de su campaña de reelección para 2020, los nuevos recortes de tasas no podrían llegar lo suficientemente rápido.

A pesar de que Estados Unidos retrasó la imposición de aranceles el 1 de septiembre sobre algunas importaciones chinas a Estados Unidos, ha hecho poco para calmar las preocupaciones.