Al menos 26 personas murieron en un incendio provocado por presuntos miembros de pandillas en un bar en el sur de México, a última hora del martes, dijeron las autoridades.

Las muertes ocurrieron después de que los presuntos gángsters cerraron las salidas de emergencia del bar en Coatzacoalcos y le prendieron fuego.

El ataque fue uno de los peores asesinatos en masa desde que el veterano izquierdista López Obrador asumió el cargo en diciembre prometiendo pacificar a México combatiendo la corrupción y la desigualdad.

Hasta ahora, sin embargo, el número de asesinatos ha seguido aumentando después de alcanzar niveles récord en 2018.

La oficina del fiscal general del estado de Veracruz dijo en un comunicado que 10 mujeres y 16 hombres murieron en el bar «Caballo Blanco», mientras que otras 11 personas estaban siendo tratadas en hospitales cercanos.

Algunos informes de los medios mexicanos dijeron que hombres armados habían disparado contra la barra antes de prenderle fuego con cócteles molotov.

El ataque del martes sigue a uno en abril en otro bar en Veracruz en la ciudad de Minatitlán que mató a 13 personas.

Veracruz, un importante punto de tránsito de narcóticos que se dirige hacia el norte, hacia la frontera de Estados Unidos, ha sido convulsionado durante mucho tiempo por violentas guerras territoriales entre carteles de la droga.

López Obrador señaló las políticas pasadas para sentar las bases del crimen.

Dijo que las investigaciones iniciales indicaron que algunos sospechosos detrás del ataque habían estado detenidos este año y luego fueron liberados, criticando al fiscal general del estado, quien fue designado por una administración rival anterior.

En una declaración, la oficina del fiscal general rechazó esa sugerencia y dijo que los eventos del martes por la noche «no deberían usarse para distorsionar los hechos o confundir la opinión pública».