Un pastor de los Estados Unidos abandonó Turquía el viernes después de que un tribunal turco lo liberó de dos años de detención, en un paso que podría mejorar las relaciones entre los dos países.
Estados Unidos y Turquía han tenido enfrentamientos tensos por las diferencias entre Siria, Irán y la compra planificada de equipos militares rusos por parte de Ankara.
Un avión que transportaba al Pastor Andrew Brunson despejó el espacio aéreo turco y se espera que aterrice en la Base Conjunta Andrews en las afueras de Washington alrededor del mediodía, tiempo del Este, el sábado después de una parada en Alemania, dijo un portavoz de la Casa Blanca.
Brunson, nativo de Carolina del Norte, fue puesto en libertad después de que el tribunal lo condenara a tres años de prisión por cargos de terrorismo.
Brunson, quien ha vivido en Turquía por más de 20 años, fue encarcelado hace dos años y ha estado bajo arresto domiciliario desde julio.
El pastor había sido acusado de tener vínculos con militantes kurdos y simpatizantes de Fethullah Gulen, el clérigo al que Turquía acusó de un intento de golpe de Estado en 2016. Brunson negó las acusaciones y Washington exigió su liberación inmediata.
Hablando con los periodistas en Cincinnati, el presidente Donald Trump dijo que Brunson probablemente visitaría la Oficina Oval de la Casa Blanca el sábado.
Cuando se le preguntó si las sanciones impuestas por Estados Unidos a Turquía para tratar de ganar la liberación de Brunson podrían ser levantadas, Trump dijo que no se había llegado a un acuerdo por la libertad del pastor.
El enfrentamiento diplomático sobre Brunson, quien dirigió una pequeña congregación en la Iglesia de la Resurrección de Esmirna, aceleró una baja masiva en la moneda de Turquía, empeorando una crisis financiera.
Trump ha usado el caso de Brunson para intentar sumar puntos con los cristianos evangélicos, una gran parte de su base política, antes de las elecciones de medio período del 6 de noviembre, que determinarán si los republicanos mantienen el control del Congreso.
La decisión del viernes podría ser un primer paso para aliviar las tensiones, aunque la presidencia de Turquía estuvo en desacuerdo con lo que dijo fue un esfuerzo prolongado de los Estados Unidos para presionar a sus tribunales.